Lo más atractivo de Maras son sus impresionantes salineras, un conjunto de más de 3,000 pozas de sal construidas en la ladera de una montaña. Estas pozas han sido utilizadas desde la época incaica hasta la actualidad, y su sistema de producción de sal, basado en la evaporación de agua salada proveniente de un manantial natural, es un legado cultural único. El paisaje que forman las pozas, con sus tonos blancos y marrones, ofrece una vista espectacular, especialmente cuando están iluminadas por el sol.

Otro aspecto destacado es su ubicación estratégica en el Valle Sagrado, que permite disfrutar de vistas panorámicas de los nevados de la Cordillera de Urubamba. Además, el pueblo de Maras conserva su encanto colonial con calles empedradas, casas de adobe y una iglesia barroca andina que añade un toque cultural a la visita.

Lo más atractivo de Moray es su impresionante complejo arqueológico, conocido por sus andenes circulares concéntricos. Estas estructuras únicas fueron utilizadas por los incas como un centro de experimentación agrícola, permitiendo cultivar diferentes productos en microclimas específicos generados por las variaciones de temperatura entre los niveles de los andenes. Este ingenioso diseño refleja el avanzado conocimiento que los incas tenían sobre agricultura y manejo de recursos.

La mejor temporada para visitar Maras y Moray es durante la estación seca, que va de abril a octubre. Durante estos meses, el clima es más estable, con días soleados y cielos despejados, lo que permite disfrutar plenamente de los paisajes andinos y tomar fotografías espectaculares.